Yamaha EAD10

Si algo nos ha enseñado el siglo XXI es que lo de “yo me lo guiso, yo me lo como” está a orden del día. Hace 40 años era impensable que una banda pudiese trabajar sus discos desde casa, hasta el punto de que entrasen al estudio con gran parte del trabajo avanzado. Hoy en día algunos grupos van a un estudio únicamente a reamplificar tomas de guitarra a través de poderosos amplificadores, o a aprovechar bibliotecas MIDI infinitas para sus composiciones (que ya vienen grabadas desde el local de ensayo). 

Estas autograbaciones y autoediciones empiezan a afectar a los bateristas desde hace algunos años menos, no tanto para obtener unos resultados definitivos como para avanzar una idea de cómo sonarán nuestros ritmos en las canciones.

Y aquí entra Yamaha, con un invento que ha venido pisando muy fuerte, el Yamaha EAD10. Así lo definen en su página web: “El módulo electrónico acústico EAD10 transforma instantáneamente tu kit de batería acústica en un potente híbrido digital/electrónico con sonidos muestreados y efectos digitales de calidad de estudio. Te permite reproducir y grabar tu batería acústica junto con la música de tu biblioteca o con canciones de tus amigos y compartirlas digitalmente. Con la aplicación gratuita de iOS y Android podrás grabar, editar y subir videos de tus actuaciones. El EAD10 realza todos los aspectos de su batería – la forma en que practica, graba y ejecuta en vivo y hace que tu batería sea algo más.”

El EAD10 está formado por un micrófono de forma cuadrada que se pone en el aro del bombo. Incluye un par estéreo XY y un trigger para el bombo. Como se puede ver en la imagen los dos micros recogen el set completo mientras que el trigger refuerza el bombo para que no se pierda en la mezcla resultante. A parte del micro incluye un módulo (al que se conecta el doble micrófono) y que funciona como tarjeta/previo/multiefectos, de forma parecida a una pedalera multiefectos de guitarra. Se podría decir que este módulo es el cerebro del EAD10. Es muy fácil conectarle un móvil directamente, o un USB, para poder almacenar las grabaciones en la calidad de sonido deseada (desde MP3 a WAV). 

Pero ¿cómo es posible que con un solo par estéreo el EAD10 consiga un sonido tan completo de la batería? Yamaha ha trabajado en un sistema de compresión por bandas, para que así sea posible escuchar toda la batería de forma sorprendentemente equilibrada: no echarás de menos tu charles, pero tampoco tu tom base o ese crash que pones a la derecha del ride… Comprimiendo por bandas te aseguras que todas las frecuencias estén realzadas lo suficiente como para poder apreciarlas bien, aunque esto supone algunos sacrificios… de los que hablaremos más adelante.

El EAD10 incluye bastantes funciones, que pueden sernos muy útiles para utilizarlo no solo como una grabadora sino como una herramienta de práctica y estudio. El módulo incluye un metrónomo y una salida auxiliar a la que podemos conectar directamente nuestro móvil o reproductor de música para tocar sobre nuestras canciones favoritas. Si conectamos nuestro móvil mediante la aplicación Rec’n’Share, podemos incluso cambiar las velocidades de las canciones, detectar de forma automática el tempo de la canción o activar la cámara del teléfono para así grabar vídeo y audio simultáneamente. Desde la aplicación es muy fácil compartir las grabaciones en nuestras plataformas preferidas.

Otra de las cosas interesantes del EAD10 es que, a parte del trigger del bombo, se le puede añadir un trigger extra (estéreo, con dos funciones, como podría ser caja y aro de la caja) y dos triggers más mono, que podrían ser incluso un par de pads. A nivel sonido, disponemos de varios parámetros configurables: podemos elegir un efecto para el micro estéreo entre 50 diferentes, podemos elegir entre 11 tipos de reverb, y por último elegir los efectos para los triggers. De estos tres parámetros, podemos elegir también el volumen, es decir, cuan presentes están en nuestra mezcla final.

Sin duda, el mayor atractivo de este aparato es la rapidez con la que puedes empezar a utilizarlo. Comparado con un sistema de tarjeta y micros, es ridículo el poco tiempo que consume a la hora de grabarte: no necesitas ni un DAW, ni un ordenador, ni conectar nada más que el móvil al módulo, y el módulo al micrófono. En cuestión de 2 minutos, le das al REC y estás tocando sobre una canción, o con la claqueta.

Es interesante ver como lo usan algunos de los bateristas de este país. Por ejemplo, Coki Giménez lo utiliza para grabarse, pero lo suele combinar con el uso de una tarjeta y un par de micros, lo suma a una captación más natural para aportar algo diferente a la mezcla. Pedro Barceló, por otro lado, lo usa de una manera súper creativa: a veces incluso pone el micro sobre el tom o la caja, para conseguir efectos diferentes, utiliza mucho efectos tipo flanger o wahwah para obtener resultados y colores muy diferentes a los que estamos acostumbrados a escuchar del EAD10. Además, en todos sus vídeos hace pequeñas composiciones musicales y visuales para acompañar las frikadas que saca del EAD10… una genialidad. 

Por otra parte, Jorge el Estepario Siberiano lo utiliza para dar una cantidad absurda de contenido en sus redes… con la cantidad de vídeos que sube, creo que sería literalmente imposible trabajar con una tarjeta y microfonía, ya que tendría que invertir mucho más tiempo en conseguir el sonido para cada cover que sube.

Otros bateristas han encontrado en el EAD10 una herramienta perfecta para combinarla con sus monitores anear: muchas bandas hoy en día ensayan con un sistema de monitores para evitar someterse a una cantidad absurda de volumen. Algunos bateristas utilizan baterías electrónicas, pero con el EAD10 se puede lograr una captación muy buena que permitirá situar la batería dentro de una mezcla en los in-ear. También es un aparato ideal para microfonear una batería en pequeños bolos, darle ese carácter extra por la PA.

Todo esto está genial, pero… realmente ¿cuál es mi opinión? Compre un EAD10 después de comentarlo con algunos amigos, porque para estudiar en el local me pareció una herramienta estupenda. Me gusta mucho probar sonidos diferentes, y me lo pasé como un enano con los efectos y las reverbs del EAD, probando diferentes combinaciones con las que hacer sonar mi kit… pero la compresión me mataba. Probé dos baterías diferentes, varias cajas… y veía que la compresión hacía que todo sonase muy parecido… incluso me di cuenta de que, viendo vídeos de bateristas que lo utilizaban… ¡el sonido entre unos y otros era muy similar!

Tardé poco en venderlo, y comprar una tarjeta… con solo dos micrófonos en estéreo el sonido de la batería era infinitamente más natural… menos equilibrado, desde luego, pero sin sacrificar el sonido del instrumento que toco, que es algo para mi mucho más importante. Tocar escuchando a través de un par estéreo me ayuda a ser mi propio mezclador… ¿hay mucha caja? Tócala más bajito, ¿faltan toms? Tócalos más fuerte… Trabajar a través de una captación de micros (sin usar el EAD10) me ayudaba más a trabajar en mi propia mezcla. También cabe decir, que conectarse requiere más tiempo: distribución de la microfonía, pruebas, ajuste de ganancias, captación en el DAW (no puedes escaparte de usar un ordenador), etc.

Para mi el EAD10 es una evolución a las típicas grabadoras Tascam/Zoom: te permite tener un sonido general de la batería muy completo, pero sacrificando matices. Aun así, es increíble la rapidez con la que puedes trabajar con él. 

Si quieres trabajar en el sonido, no me parece la mejor herramienta, pero si te gusta el sonido apretado, es tu artefacto. Si lo que buscas es simplemente un sistema con el que grabar tus ensayos con tu banda, o tus sesiones de estudio, para fijarte en lo que haces, y no en cómo suena… esta es sin duda tu herramienta. Si por el contrario quieres estudiar como haces sonar la batería, investigar tu material, y cómo tú mismo lo mezclas tocando más fuerte o más flojo… puede que una pequeña tarjeta y un micro de condensador sencillo te sean más útiles (siempre que tengas en cuenta que vas a tener que hacer una inversión de tiempo mayor).

Aunque el precio recomendado en la página web de Yamaha sea de 673€, se puede ver en bastantes tiendas españolas por un precio que ronda los 500€, un precio que lo pone como una de las opciones más solidas como grabadora completa (teniendo en cuenta que un set decente de tarjeta y dos micrófonos costarán por el estilo, y sobre todo que necesitarías un ordenador y un programa para poder utilizarlo).

Además, Yamaha ya está trabajando en una versión 2.0 del EAD10… así que mantendremos las orejas abiertas.

Pau García-Serra