Esta palabra ha dirigido mi vida desde que tengo uso de razón, es por ello que no se me ha ocurrido mejor forma de dar inicio a esta serie de artículos que haciéndole una apología.
Curiosidad, en latín cura es ‘cuidado’, ‘inquietud’ o ‘preocupación’, por lo que curiositas es el ‘deseo de saber’, la ‘inquietud por aprender’.
Para los que no me conozcáis me permito la licencia de presentarme. Soy Gloria, tengo 28 años, nací y crecí en Barcelona y llevo casi 20 años dando golpes y palos a cosas. Me enamoré de los tambores a los 7 viendo a un africano tocando el Djembe, fue amor a primera vista.
Crecí soñando en viajar, en conocer a personas de todo el mundo, en ver paisajes exóticos, en leer muchos libros, en admirar mucho arte, en escuchar y aprender mil idiomas, en bailar danzas y vestir colores de todas las culturas, en probar nuevos sabores, en, en, y en…
Lo de la música, en realidad, era solamente un apartado más entre todas mis inquietudes; quería ser arqueóloga y descubrir tesoros perdidos como hacían Indiana Jones o Pippi Langstrum, diseñarme mi propia ropa y hacerme amiga de animales salvajes como Cheetah o Colmillo Blanco.

Pues bien, todo esto que suena a cuento de hadas se ha convertido en mi modo de vida y quería compartirlo con vosotros para tratar de arrojar un poco de realidad transparente por si puede ayudar a alguien.
A mis 18 años leí un papel en un tablón de anuncios que decía: Necesitamos batería/percusionista. Lo cogí y esa misma noche escribí un correo a la dirección, me presenté y dije algo así como que me encantaría poder compartir música con ellos.
Han pasado 10 años y esa idea naíf de abrir puertas con una sonrisa sincera y una mirada curiosa no ha hecho más que crecer y crecer y, afortunadamente, me ha llevado a vivir experiencias inolvidables. Desde alojarme en NY en casa de un old jazzman de 80 años que tocó con todos los grandes y disfrutar de escuchar sus batallitas, consejos y vinilos desde el sofá como si fuera mi abuelo, hasta acabar tocando en una boda el primer día que llegué a Senegal.
No tengo la mejor técnica del mundo, no sé hacer los 40 rudimentos de memoria, no sé tocar seisillos con el pedal a grandes velocidades, no soy la mejor leyendo papeles… y estas son solo algunas afirmaciones de la larga lista de cosas que aún no sé hacer. Estoy en ello.
Lo que sí tengo claro es que me muero de curiosidad y que trato de alimentarla y vivirla de la mejor forma posible y sobretodo de compartirla.

Vivimos en la era de la sobre información y es muy fácil perderse; si eres batería, estás empezando y quieres saber cómo mejorar tu técnica, qué material comprar, o cómo grabar tus covers tienes mil plataformas, revistas, videos de Youtube o libros para aprender a hacerlo. Todas ellas son herramientas increíbles para seguir practicando pero hay mucho más a desarrollar que todo eso.
Hemos crecido en un sistema demasiado compartimentado y no nos han enseñado que somos un engranaje y que cada diente de la máquina es necesario para su buen funcionamiento.
Todos reunimos una serie de cualidades y valores que nos hacen únicos y esa forma auténtica de ver el mundo que tiene cada persona es la que nos hace brillar y despertar interés tanto arriba como abajo del escenario, pero aquí la mala noticia: no hay tutoriales para encontrarla.
Cuidad vuestra curiosidad, dadle alas y, si puede ser, hacedlo con la máxima humildad y honestidad.
¿Cómo lo hago yo?
Voy a todos los conciertos y jams que puedo (si son 4 a la semana mejor que 1), intento tener siempre un libro a medias, escucho por lo menos un disco al día, miro películas y documentales cada semana, le pongo cariño a la cocina, bailo, dibujo, escribo, hablo con desconocidos por la calle, viajo siempre que puedo y trato de aprender el idioma del país en el que esté, y todo lo hago intentando conocer cada vez mejor y más profundamente el funcionamiento de mi mente y de mi cuerpo, en definitiva, trato de cuidarme y de cuidar a los demás.
Todo esto que parece no tener nada que ver con la música para mi es fundamental y estoy firmemente convencida de que agudiza mi sensibilidad y de que es el mejor complemento y sazón que puedo añadir a mi set.

Mis recomendaciones de hoy
1. Sentaros en el instrumento y tocad con total libertad; sin metrónomo, sin papel, sin música, sin referencias.
Cerrad los ojos, fijaros en cada sonido, en cada armónico que sale del parche, en cómo se expande y llena la sala.
Respirad y daros tiempo, puede convertirse en una forma de meditar y de explorar qué ideas rítmicas almacenáis.
¿Habéis hecho eso durante un día entero? Dejad lejos el móvil y el ordenador y si se os olvida comer, tranquilos, vais por buen camino.
.2 Documental ‘Rising Phoenix’ (de Ian Bonhôte y Peter Ettedgui). En él podréis conocer a personas que han llevado su curiosidad al extremo, por encima de todas las dificultades y expectativas, y que han logrado crear nuevas realidades inexistentes previamente. La capacidad de imaginar y crear es infinita y mágica.
Aquí os dejo algunas perlas:
– La juventud de un ser no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena. (Salvador Paniker)
– Las personas curiosas no se aburren nunca, y su vida es un eterno estudio de la alegría. (Tony Robbins)
– No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso. (Albert Einstein)
– La curiosidad es insubordinación en su forma más pura. (Vladimir Nabokov)
– Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada. (Albert Einstein)
– La curiosidad es una de las más permanentes y seguras características de una vigorosa inteligencia. (Samuel Johnson)
Gloria Maurel