La Autosuficiencia

Antes de nada, quiero dar las gracias a quien esté aquí hoy leyéndome y a quién haya echado un vistazo a mi sección en el número anterior. Y por supuesto a Migue y Álex por tenerme aquí. Estuve charlando con ellos acerca de esta revista y muchas cosas más en el podcast, conversación de la que os dejo enlace aquí * o que podéis encontrar en vuestra plataforma de podcast preferida.

Y a lo que vamos. Si en Noviembre os hablaba de la importancia de ser persistente y de prestar atención a nuestras dudas lo justo y necesario, hoy me gustaría hablaros de lo clave que me parece ser autosuficiente a la hora de ser un músico profesional. 

Después de muchas entrevistas, donde la audiencia me ha pedido varias veces preguntar por el camino a la “profesionalidad”, si es que eso existe en un trabajo tan poco regulado, uno ha recabado respuestas, de una manera u otra, a esta cuestión. La realidad es que no existe un camino, sino personas que han llegado a un punto en el que gracias a la música pueden vivir, ya sea exclusivamente de tocar, o alrededor de ella (dando clase, tiendas de música, etc.), o cualquier híbrido entre estas dos cosas. Y aún así, por la naturaleza laboral de la música, nada es para siempre, y tan pronto pasas de 0 a 100 como de 100 a 0, y muchas veces sin verlo venir, como nos ocurre ahora. Si bien esto es cierto, que cada uno hace su camino y es complicado extrapolar las vivencias específicas de nuestrx bateristx favortix, he visto elementos en común que creo nos pueden venir bien a todos. Y uno de ellos, es el de ser autosuficiente, como baterista, músico y persona. Para mi es un elemento de la “profesionalidad” por la que me preguntan a menudo.

Parte de tomarse en serio esto de intentar ganarse la vida con la batería es no necesitar que nadie esté encima de ti, como resume un poco este trocito de mi conversación con Deivhook:

“La gran diferencia que encontré en EE.UU. cuando estuve allí estudiando fue la seriedad con la que se tomaban el instrumento y el estudio de él, y la música en general. Aquí esa seriedad apenas existe a no ser que te la auto impongas.”

Primeramente, me gustaría explicar lo que entiendo por ser autosuficiente. Para mi es la cualidad de sentirse seguro y satisfecho con uno mismo, un sentido profundamente arraigado de integridad y estabilidad internas. Es decir, estar en paz con uno mismo sabedor de que es capaz de afrontar los problemas que se presenten. Relacionado con la autoestima segura, y ligada a un fuerte autoconocimiento de nuestra persona.

Como baterista, la autosuficiencia, para mí al menos, implica un compendio de habilidades que va más allá de conocer varios estilos y trabajar coordinación e independencia, aunque no digo que esto no sea primordial.

A la hora de trabajar, es decir, cuando tocas en un escenario o estudio a cambio de una compensación económica, creo que entran en juego tener un control del instrumento superior, conocer el estilo que estás tocando a fondo para realizar las decisiones musicales oportunas, conocer tu equipo y tener el equipo necesario para realizar el trabajo que vas a hacer, por supuesto que una preparación exhaustiva, y tener el conocimiento técnico del ambiente en el que te desenvuelves para poder comunicarte con quien trabajas, así como transmitir una pasión y genuina curiosidad por el arte. ** En resumidas cuentas: repertorio preparado, batería y equipo listo, y la preparación musical necesaria.

Para aprender muchas de estas cosas hacen falta horas de estudio encerrados, está claro, pero también de compartir momentos musicales con otras personas, aunque la música no sea tu preferida, no sean tus mejores amigos o no haya remuneración económica.  Y dejo este extracto de Toni Mateos en nuestra charla:

“Para aquellos que quieren convertirse algún día en bateristas profesionales, mi recomendación es diversificar. Si quieres ser baterista de sesión, perfecto, pero procura tocar con diferentes artistas, giras, clubs, grabaciones… también da clase y estudia alguna otra cosa para tener un plan B. En un mundo tan incierto como el de ahora, hay que tener diferentes opciones, diferentes planes.”

En cuanto a las cualidades de cualquier músico profesional, arrastramos los conceptos discutidos en el anterior párrafo y los aplicamos a un contexto mayor. A la hora de “currar”, más allá de estar preparado baterísticamente, he necesitado más elementos en mi arsenal. La capacidad de ser móvil, y poder estar donde se te pida siempre es un plus. En muchos casos, sobre todo como músico de sesión, se te pide que ante todo, no des problemas y no seas alguien que reste en el grupo, a ser poder que sume, porque como nos dicen mucho en el podcast, te contratan para los viajes y el tiempo fuera de casa, tocar para muchxs es el premio o el descanso de todo lo anterior. Por eso, a mi juicio, creo que ser flexible, que los cambios no te trastoquen demasiado, saber adaptarte a diferentes situaciones, obviamente ser puntual y (infravalorado) saber comunicarse con los demás.

Más allá de la música, como persona que aspira a ser completamente autosuficiente debe tener en cuenta dos ámbitos que están siempre presentes, queramos o no: lo financiero y lo emocional. 

En lo primero seré breve, sé que cansa mucho hablar de dinero. Básicamente tener en cuenta las regulaciones fiscales y tener un colchón para que no nos pille el toro, y como decía Manuel Reina en el podcast, que no se nos caigan los anillos por tener que trabajar de algo que no sea la batería. 

En lo emocional, comienzo por dejaros este fragmento que nos regaló Pablo Díez:

“Creo que una asignatura muy importante es aceptarse a uno mismo en el instrumento, decir mira yo toco así y ya está, voy a dar un concierto ahora, quedan cinco minutos para salir y no te agobies porque no has estudiado el paradiddle doble suficientes horas esta semana porque ya no hay nada que hacer y estate a gusto porque vas a hacerlo bien y vas a estar tranquilo entonces esa mentalidad también me ha costado mucho también llegar a ella, y yo creo que porque yo lo diga ahora o porque lo diga José (Bruno) porque lo diga quien sea no va a cambiar la mente de cada uno sino que es un trabajo que tenemos que hacer cada uno de nosotros, sin perder obviamente la responsabilidad que hablábamos antes de estudiar y todo eso y no decir: “bah yo soy así yo toco así y a quién le guste…”  no hombre, también tienes que ser crítico y hacerte auditorías a ti mismo.”

Estar en paz con uno mismo me parece primordial para nuestro trabajo como músico. Como artistas, nuestro trabajo en mayor o menor medida radica en la capacidad de transmitir cierta emoción a través de nuestro medio, en este caso la música. 

Observo que si no existe cierta paz y control sobre las emociones de cada uno, no es imposible, pero creo que es severamente complicado transmitir y hacer llegar algún mensaje. Mis peores días en la batería han estado casi siempre ligados a periodos de, digamos, bache emocional por una cosa o por otra. De la misma manera que hay que preocuparse por estar en forma, procurar tener una postura óptima***, y entender el descanso como una herramienta reparadora, tenemos el deber de cuidar lo que pasa dentro de nuestra mente. 

Es harto complicado saber estar pendiente y focalizado de lo que lo tienes que estar si hay un barullo de problemas creando ruido en tu mente, haciendo que la claridad mental brille por su ausencia. No quiero decir que haya que obviar nuestros problemas, sean de mayor o menor índole, sino más bien todo lo contrario. Confiar en profesionales, así como estrategias de salud mental probadas (ejercicio, meditación, paseos, socializar…), para simplemente “estar mejor” vale muchísimo la pena para nuestro trabajo. 

Siendo esto nuestra responsabilidad, el riesgo de ser demasiado autosuficiente también está ahí. Quedarnos encerrados en nosotros mismos, intentar controlarlo todo, ser tan perfeccionistas que rechacemos todo lo que no hagamos nosotros solos… son pecados que muchxs hemos cometido, pero es muy importante saber que es imposible concebir nuestro trabajo sin la colaboración y el trabajo en equipo como elementos implícitos en la naturaleza de ser músico. 

Nadie llega solo a ningún sitio, como bien refleja Alejandro Jordá (Izal) en este extracto de nuestra conversación hace unas semanas: 

“Ser músico depende de ti. Que te escuchen muchísimas personas depende de muchos factores y no todos dependen de ti. […] A mi me agotaría y me consumiría controlarlo todo.”

En conclusión, la autosuficiencia es un aspecto del que hemos de estar pendiente y trabajar a corto, medio y largo plazo. Según las personas autosuficientes tienen la habilidad y el deseo por determinar su propio camino, tomar sus propias decisiones, antes de que otros decidan por ellos. 

Confían en sus propios instintos y están preparados para caminar su propio camino aunque vaya en contra de lo que otros piensen. 

Así que atendiendo a esa definición, mi recomendación, y por supuesto va para mí también, es prestar más atención a los detalles que nos hacen ser autónomos e independientes en nuestro trabajo, y aquellos en los que dependemos de otros. Si requerimos de ayuda o colaboración externa, a tope con ello, pero siempre pendientes de sumar, musical y profesionalmente.

Carlos Coronado El Groove

* Varios de los enlaces que existen en el texto te llevan a los distintos episodios del podcast, en este caso Spotify, al ser la plataforma más utilizada. Para encontrarlo en tu plataforma, simplemente busca “el groove – podcast de batería en español” en el buscador pertinente o dirígite a linktr.ee/elgroove

** Me encantó leer a Gloria en el primer número de bateristas, y sobre todo el tema que trató. No concibo aprender un instrumento si no existe esa curiosidad, por mucho que acudas a clase o a conciertos casi de manera automática. Hasta que no sale de ti, me parece imposible discernir si te apasiona el instrumento o no. Esa curiosidad que es motor del aprendizaje, ya no musical, sino para todo, es intrínsecamente personal. Saber gestionar tu curiosidad, tus ganas de aprender, tus inspiración, motivación y aspiraciones me parece algo de gran importancia si deseas conseguir objetivos que valen la pena. Saber a qué decir que sí y que no, crearnos nuestra pauta de estudio y de trabajo y saber tener paciencia cuando no vienen bien dadas, sea por falta de trabajo, tiempo o inspiración. 

*** por mi parte, y como recomendación personal, gracias a Dave Elitch y Pepo Busquets por sus métodos en este aspecto, así como a Alba, la fisioterapeuta a la que suelo acudir.