Kacho Casal (Montevideo, 1955) es uno de los bateristas de referencia dentro de la música española, dominador de diferentes estilos musicales. (Pino D’Angió, Pedro Marín, Los Amaya, Los Chichos, Azúcar Moreno, Mari Trini, Elsa Baeza, Amparo Sandino) En el mundo del Rock ha tocado entre otros con Asfalto, Topo, Rubi y los Casinos, Sleepy La Beef, Manolo Tena, Ramoncín, Miguel Oñate, J. Bulevar y fue el “dueño” de la batería de los míticos Burning desde 1997 hasta la despedida en octubre de 2019.

¿Cuál es tu primer recuerdo asociado a la batería?
Ver por televisión a mis siete añitos “The Gene Krupa Story” interpretada por Sal Mineo. Esa noche no pegué ojo.
¿Cuál fue tu primera batería?
1972. Una CAF, una belleza artesanal de cinco piezas (Made in Argentina). Un regalo de un querido tío. Aún conservo la factura.
¿Dónde fue tu formación como baterista sin Youtube ni tanta información accesible que hay hoy en día?
El “Youtube” de mi adolescencia se llamaba Woodstock. Ver a Mike Shrieve con Santana me llevó a dejar la guitarra y decidirme por la batería. Lo primero fue escuchar detenidamente a Bonham, Paice, Baker, Bruford, Mitchell y digo “escuchar” no “mirar”. Lo segundo, encargar libros a Estados Unidos. ¡Tardaban tres meses en llegar y no existían las fotocopiadoras! El Stick Control tuve que copiarlo a mano en un cuaderno de cuadrícula. Todo era muy artesanal por aquellos años. Al menos no existía la piratería.
¿Cuáles eran los referentes de Uruguay en aquella época?
Los bateristas de moda en Montevideo (años 70) eran Jorge Graf y Gonzalo Farrugia. Tocaban en las dos bandas más importantes del Uruguay: “Días de Blues” y “Psiglo” respectivamente. Fue una idea acertada que decidieran unir su talento y montar una academia juntos.
Me apunté sin dudarlo. Eran mis ídolos de entonces y fueron mis primeros profes.
Háblanos de tus primeras influencias
Mi adolescencia fue demencial: Beatles, Stones, Creedence, Zeppelin, Deep Purple, Hendrix, Yes, King Crimson, Zappa (¡Dios Mío!) No hace falta citar a los drummers, ¿verdad? ¡Y lo que vino después, joder! Gadd, Porcaro, Steve Smith, Simon, Dave, Vinnie, Dennis, Gavin, Benny. ¡Stop! ¡Voy a prepararme una tila que me va a dar algo!

¿Cómo fue para un chaval de 25 años venir de Uruguay y encontrarse con una movida distinta a la de su país?
Aunque en Montevideo toqué en un par de bandas, acompañé cantantes de moda, grabé algunos discos y compuse para obras de teatro, vivir de la música en el Uruguay era misión imposible (para más INRI, bajo una dictadura militar) Y como siempre fui culo de mal asiento, vendí todo mi equipo para cometer la inconsciencia de cruzar el charco con mujer, un hijo de dos años, mis platillos y 70.000 pelas. Supuestamente, Madrid me esperaba con un trabajo “seguro” pero sólo me encontré con un largo invierno aquel 23 de enero de 1980.
¿Cómo fue tu adaptación a España y cómo encontraste grupazos como Topo?
Después de “hacer la mili” tocando con una orquesta todo el verano del 80, aquel diciembre conseguí fichar por una oficina top y acompañar al número uno del momento: ¡Ma quale idea! Las cosas iban pintando cada vez mejor…
El año 1985 no llegó con un pan bajo el brazo sino con una panadería. Mi “hermano” Hermes Calabria me reclutaba como profe del Rockservatorio. Una puta locura (fueron 300 alumnos en tres temporadas).
Así fue como una buena tarde, alguien preguntaba por mí en la recepción de la academia. Eran José Luis Jiménez y Luis Cruz. Al día siguiente, ya era oficialmente el nuevo batería de los Topo. Había aprobado el casting con matrícula, ja ja ja. Después de cinco años de espera, por fin lograba el objetivo de tocar en una respetada banda de Rock. (aunque poco antes, había tocado con Asfalto un par de veces sustituyendo a Enrique Cajide, pero eso es otra historia).

¿Cómo enfocas las grabaciones en estudio? ¿Tienes algún material específico que quieras comentar?
Reconozco que no soy particularmente un sibarita, utilizo medidas estándar, buenos platos y un par de cajas a lo sumo.
Soy más de jugar con la afinación que otra cosa. Además, luego viene un iluminado y te cambia todos los sonidos con el sound-replace, hay que joderse…
Adoro las baterías grabadas con ambiente, detesto los triggers, las puertas y que todo se grabe con fofientosmil micros por separado para juntarlo todo después.
Estamos locos. Hace casi 50 años, Paice grababa “Machine Head” con una batería que se caía a trozos, pero sonaba de cojones.
No hemos aprendido absolutamente nada. Ya nadie escucha. Solo miramos el Grid del Protools cuando alguien está grabando. ¡Estamos empanados!
Coméntanos un poco acerca de tu primer libro junto a José Rosendo “Ostinatos Para Vagos”
Pues la hemos liado bien gorda con “mi sobrino” José Rosendo. Desde Alteisa 2019, no hemos parado. A punto de agotar la 2ª Edición (que realmente es la tercera) sólo tenemos palabras de agradecimiento y estamos muy felices por haber dado en el clavo con algo bueno, bonito, barato, con una portada espectacular y con un contenido ideal tanto para principiantes como para pros.

Modestamente, digamos que hemos resumido el 4 Way y el New Breed en un solo libro. Tenemos la segunda parte terminada y la tercera en revisión. Al menos, hemos sacado algo positivo del confinamiento, aunque nos chafaron todos los clinics justo una semana antes de empezar el tour. ¡La venganza será terrible!
¿Si tuvieras que quedarte solo con una caja, una batería y unos platos
cuáles serían?
Siempre me encantó el set de Ringo hasta que me crucé con ¡Euromúsica!
Enamorado de la Mapex Saturn, las cajas Black Panther (me gustan todas) y los platos UFIP Class Series. Son mis marcas. ¿what else?
¿Cómo fue esa llamada mágica para formar parte de Burning? ¿Y cómo ha sido la carrera durante estos 22 años?
Pues suena el teléfono…
¿Hola Kacho? Soy Carlos… (ya estamos con la bromita, pensé) el bajista de Burning…
Ah coño, Carlitos, cuánto tiempo, ¿todo bien?
Nos hemos quedado sin batería, te apetece tocar con…
¡Joder, claro que sí!
¡El problema es que tenemos concierto este fin de semana!
Y uno que no es de piedra y adora los retos…resumiendo, han sido 22 años tocando sin parar con los Burning. It’s only R&R, but I like it!

¿Cómo ves el negocio de la música actualmente?
Antes de la pandemia, la industria ya estaba muerta. Las discográficas se habían suicidado ellas solitas.
Pensaban que con Internet se iban a seguir forrando alegremente. ¡Error! ¿Nadie se puso a pensar en la copia privada?
En décadas pasadas, la piratería era un fenómeno casi romántico. Un colega que te grababa un disco en un cassette. No entiendo cómo no lo vieron venir. Tal vez, todas estaban demasiado ocupadas en fiestas, derroches y vicios. Ahora, como no saben de donde “pillar”, sablean a sus artistas y bandas con un impuesto revolucionario. “Nos vas a dar un porcentaje de todos tus conciertos” “Somos Sanguijuela Records”
Otros son más listos aún, “Estafatify” te cobra por escuchar música con una calidad mediocre, pero no te pagan. Son cojonudos, los putos amos.
Lo de Youtube, también es de traca. 90% Humo. Un globo hinchado.
El colmo de este banquete de pordioseros es el de los front-men que disuelven sus propias bandas. Y como Dios los cría, ellos se juntan en un magnífico karaoke como unos auténticos estandartes del Rock & Roll. Todo por un mendrugo, qué vida más triste.
Juanjo Fernández